domingo, 10 de noviembre de 2013

Najwa Nimri y Lola Dueñas presentan “10.000 noches en ninguna parte" en el Festival de Sevilla


Un curioso experimento sobre el perdón y el destino, que Ramón Salazar ha titulado "10.000 noches en ninguna parte", ha protagonizado hoy el Festival de Cine Europeo de Sevilla.


Salazar ha irrumpido con fuerza en la competición oficial con su segundo largometraje al que ha convertido en un juego de improvisación donde se meten los actores a corazón abierto y donde se indaga en las zonas más oscuras de un adulto sin infancia. 


"Había dos cosas muy claras en nuestro punto de partida: que los lugares por los que no hemos pasado aun nos están esperando y que todas las decisiones que vas tomando en tu vida al final se van complementando para confluir", ha explicado el director en una rueda de prensa en la que compareció con todo el elenco de la película.


Y esta no era una cuestión menor, la de estar todos juntos, porque, según ha detallado, la película se rodó a lo largo de tres años en las diferentes ciudades por las que transcurre la historia del personaje: Berlín, París y Madrid.


Salazar aplicó en su rodaje las mismas técnicas de sus cursos de interpretación para actores, a los que solo ofrecía una biografía como guion y escondía la de los otros para provocar las historias y tampoco tuvo equipos de maquillaje ni peluquería.


Y a pesar de la improvisación, el director, apunta una de las actrices principales y autora de la banda sonora, Najwa Nimri, "ata supercorto". "Cuando alguien se iba del tema nos lanzaba la frase gancho para continuar; él generaba las situaciones y nosotros vivíamos a los personajes", explica la polifacética actriz y cantante, protagonista de cintas como "Los amantes del Círculo Polar" o "Abre los ojos".


Nimri, y Lola Dueñas son dos de los pilares femeninos de la historia, la ganadora de dos Goyas con "Yo, también" y "Mar adentro", convertida en "amiga invisible" de la infancia del protagonista, guía y amparo en su periplo por París.


Están también Susi Sánchez, "la madre causante de toda esta historia", y Andrés Gertrudix, ese niño que no pudo jugar y al que solo queda perdonar a su madre. "Nunca leí el guion", desvela la valenciana, que borda su papel de madre alcohólica, extrema y desinhibida, un personaje, y Gertrudix convincente en su "viaje emocional y físico", explica.


Salazar ha invertido cuatro años en acabar esta película que se verá en la Madrid Premier Week el próximo martes 19, pero aún no tiene distribuidora.

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