La Quincena de Realizadores nació hace medio siglo a raíz de los acontecimientos de Mayo del 68 que culminaron con la suspensión del Festival de Cannes. Godard o Truffaut, uno de los dos, dijo que el momento revolucionario había servido al menos para modernizar un festival apolillado, sobre todo gracias a la creación, ya en 1969, de este festival paralelo que, con una selección mucho más modesta, suele plantar cara a la mastodóntica competición por la Palma de Oro.
Y en esta ocasión, no han sido menos. Incluso, a priori, casi más. Frente a una Sección Oficial del Festival de Festivales que genera dudas, la selección de la Quincena provoca entusiasmo.
Entusiasmo, en gran parte, por la selección de dos películas españolas: “Petra”, de Jaime Rosales, un habitué de La Croisette, y “Carmen y Lola”, de Arantxa Echevarría, que debuta a lo grande con su estreno mundial en la Quincena de Realizadores. No se puede pedir más.
“Carmen y Lola” es la historia de dos chicas adolescentes en un entorno tan poco permisivo con la homosexualidad como es el del mundo gitano, mientras Barbara Lennie encarna a “Petra”, la artista que enamora a Alex Brendemuhl, el protagonista de aquellas “Las horas del día” (2003), que ya merecieron el Premio FIPRESCI de la Quincena de Realizadores.
¡Sin palabras!
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