lunes, 25 de junio de 2012

De literatura y trilogías: Bodas de sangre por Saura, Gades y Lorca


Bodas de sangre: tragedia en tres actos y siete cuadros fue escrita por Federico García Lorca en 1931, estrenándose dos años más tarde en el Teatro Beatriz de Madrid. Algunos críticos la consideran como parte inicial de una trilogía que  tendría continuidad con Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936).


En el primero de esos dramas poéticos, el intelectual andaluz fija relación intertextual con la novela Puñal de claveles, producida por Carmen de Burgos, quién por su turno se ha inspirado en hechos  reales ocurridos el año 1928 en su tierra natal: Níjar, Almería. 


Basado en la tragedia de Lorca, el coreógrafo Antonio Gades realiza su ballet Crónica del suceso de Bodas de sangre (1974), que en 1981 va ganar adaptación de Carlos Saura a la gran pantalla. Es la primera parte de la trilogía de ese director sobre el flamenco, a la cual se sumarán Carmen (1983) y El amor brujo (1986).


Premio de la crítica de Nueva York, la película de Saura tiene al propio Gades en la piel de Leonardo, uno de los protagonistas, es decir, el amante con lo cual huye la novia (Cristina Hoyos) en el día de su boda. Juan Antonio Jiménez hace el novio abandonado y Pilar Cárdenas, la madre de la novia. Los presagios de su personaje, que ha tenido marido y un hijo muertos en acciones criminosas, se ven confirmados al final, cuando a los rivales no resta nada más que la muerte después del enfrentamiento en un duelo de navajas. 


Es una de esas pelis de arte, bella y honda, como casi ya no se las hace hoy día. La música y los bailes que le siguen contribuyen para formar el escenario al mismo tiempo andaluz y universal, objetivo perseguido por la obra de Lorca. Tratando de vida y muerte por intermedio de leyendas, mitos y símbolos habituales, como el cuchillo, la navaja y el puñal, el autor comunica al mundo su paisaje y sus mensajes sobre las desmedidas del amor y del odio. 


Gades y Saura logran reconstruir ese universo de celos y sombras, pasiones y prejuicios, sin que aprisionen a la historia en los grilletes del color local, del costumbrismo o de cualquier exagero en lo típico. La dirección sensible pero no menos firme trata de la violencia y de sus fatales consecuencias sin que para eso necesite recurrir a chillidos o explosiones, sino que a la delicadeza y a los silencios del ballet.


Tráiler


No hay comentarios:

Publicar un comentario