Zinemaldia asistió, en la sección Nuevos Directores, la opera prima del director chileno Fernando Guzzoni, Carne de perro, que nos cuenta la historia de Alejandro, un ex torturador de la dictadura de Pinochet que estuvo en el lado oscuro de la historia política chilena reciente.
En la rueda de prensa, el director, que se considera hijo de la dictadura, ha tratado un tema muy presente en su vida: “En mi caso siempre ha existido un interés por esta realidad con la que crecí. No es un tema que en Chile esté zanjado, ocurren cosas diariamente que nos hacen revisitar aquellos años. Sin ir más lejos, ayer salió la noticia sobre uno de los subsecretarios de Interior de Pinochet, uno de los que entregó listas de gente opositora al régimen. Mi película es también una reflexión sobre cómo Chile se construye de esa fractura, aún hoy muy presente”.
Fue la cara del propio actor, Alejandro Goic, quien inspiró al realizador a la hora de escribir la historia. Es un personaje escrito para él. Un actor que fue detenido y torturado tras el golpe militar de 1973 es quien da vida en el filme a un antiguo agente de la Dina.
En la cinta ocurre un especie de humanización del torturador, que hasta puede crear una cierta empatía entre el público, pero tanto el director como Alejandro Goic quieren dejar claro que su intención no ha sido la de exculparles: “Me parecen lo peor, pero yo no quería sólo transmitir eso, sino desnudar la complejidad de este personaje que puede ser el taxista que hoy día te lleva a tu casa.
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