El próximo jueves, 26 de junio, el director y guionista sevillano Raúl Romera Morilla estrenará en el I Festival de Cine Histórico de Buitrago, que se celebra del 25 al 29 de junio, su opera prima “La memoria de los olivos” (tráiler aquí), allá de presentar su según largometraje “Cuervos”, que se encuentra en fase de posproducción.
Las dos películas tienen en el escenario la Guerra Civil Española, y “La memoria de los olivos” parte de un terrible episodio ocurrido durante esa guerra para hablar de cómo ella vehiculó las venganzas a pequeña escala. Se pasa en septiembre del 36, trayendo como foco una familia formada por Rosa y su hermano Matías, que viven en una humilde casa en el monte junto a su padre, Paco.
Rosa trabaja en un taller de costura en el pueblo. Paco y Matías trabajan en un olivar. Su vida trascurre dentro de la normalidad a pesar de la situación que vive el país. Julián, el hermano de Paco, un tipo bebedor y conflictivo, acosa frecuentemente a la familia con la intención de apropiarse de la casa la casa en la que su hermano y sus sobrinos viven en el monte
Los efectos de la represión ejercida por los falangistas en el pueblo comienzan a afectar a la familia cuando Rosa es testigo de la detención y humillación pública de su amiga y compañera del taller, Carmen. Julián aprovechará la presencia de los falangistas en el pueblo para conseguir su objetivo...lo cual tendrá nefastas consecuencias para toda la familia.
La película trae en el reparto los actores Marta Serrano, Victor Lamas, Mireia Murguiondo, Max Blanco y Nino Moreno, y ya fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Santander 2013 (Colombia) y seleccionada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla 2013.
Raúl Romera Morilla también presentará en la muestra de cine su último largometraje, “Cuervos” (tráiler aquí), que se encuentra en fase de posproducción. En el reparto, vuelve a trabajar con las actrices Marta Serrano y Mireia Murguiondo, que se suman al reparto integrado también por Fernando Ramallo y Asunción Balaguer.
La película, rodada en Cantabria especialmente en la Finca del Marqués de Valdecilla, el bosque de Liencres y la playa de La Arnía, parte de una supuesta leyenda urbana sobre que, durante la época franquista, hubo cacerías humanas. La trama se desarrolla en una isla "ficticia y apartada" donde vive una marquesa, aislada durante décadas, con la única compañía del personal de servicio.
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