La directora Iciar Bollaín rueda en Madrid por estos días su próximo largometraje, “Yuli”, sobre la vida de Carlos Acosta, que del sueño de convertirse en futbolista en su barrio de La Habana, fue obligado por su padre a estudiar danza para disciplinarle, se convirtiendo, así, en el primer bailarín negro en interpretar papeles para blancos.
Con guion de Paul Laverty y música de Alberto Iglesias -tándem que ya trabajó con Bollaín en "También la lluvia" (2010)-, la cineasta empezó a rodar "Yuli" el pasado mes de noviembre en Cuba. En la cinta, que la realizadora espera que pueda estrenarse en otoño de este año, Acosta se interpreta a sí mismo -aunque en la parte coreografiada de la producción interpreta a su padre-, mientras que el bailarín Kevyn Martínez, de la compañía que Acosta fundó en Cuba en 2015, da vida al protagonista en su veintena.
‘Es una historia extraordinaria. Carlos es extraordinario como bailarín, uno de los mejores de su generación, y luego tiene una historia muy curiosa, porque no quería ser bailarín. Ha llegado a lo más alto, pero viene de un barrio humilde y él lo que quería ser es futbolista’, comenta la directora en entrevista a la Efe.
‘La película se cuenta desde el presente: Carlos Acosta está haciendo con su compañía un espectáculo ficticio sobre su vida, que se llama como la película, 'Yuli'. Vemos coreografías de baile contemporáneo, que ha coreografiado María Rovira, con partes de la vida de Carlos’, ha revelado.
"Yuli" es una coproducción entre España, Francia, Alemania, Cuba y Reino Unido en la que también actúan Santiago Alfonso, Laura de la Uz y Yerlin Pérez, y concluirá la próxima semana su rodaje en Londres, ciudad de acogida del protagonista de este filme, uno de los diez títulos españoles de 2017 que han obtenido ayudas del fondo europeo Eurimages.
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