En la sección Spanish Cinema del Festival de Valladolid se ha presentado la película “I Hate New York”, un proyecto del periodista y director Gustavo Sánchez, con la presencia de los productores Ricard Robles y los hermanos Carlos y Juan Antonio Bayona.
La historia está grabada con una cámara doméstica y sin guion. Se sitúa en Nueva York, en un escenario natural que no aparece en las guías para turistas, en los años posteriores al 11-S. El director, a lo largo de 10 años, se adentra en la vida de cuatro mujeres transgénero artistas y activistas de la subcultura underground de la ciudad, que, poco a poco, van desvelando sus vivencias y sus luchas por una identidad propia.
Amanda Lepore y Sophia Lamar son dos divas de la noche ‘trans’, Tara Delong una rapera y ‘performer’, y Chloe Dzubilo una artista y activista a favor de los portadores del virus del sida. Estos personajes han construido su personalidad desde el activismo artístico y la disrupción creativa.
Inicialmente, este proyecto, era una aventura personal del director que con los años fue cobrando volumen y complejidad: un total de 170 horas grabadas y más de 70 personajes entrevistados. Hasta que llega un momento en el que emergen los protagonistas, apropiándose de la película. Ricard Robles ha asegurado que la idea ‘arranca con un instinto y una vocación de explorar y acaba siendo una especie de testimonio y de drama emocional, con el trabajo de mucha gente que va incorporándose al proceso’.
El espíritu de la investigación era ver como había mutado el underground en Nueva York después del impacto del 11-S. Ricard Robles ha señalado que el director se acaba dando cuenta de que ‘lo relevante es la lucha que esos personajes desarrollan para sobrevivir haciendo lo que quieren hacer con su arte para expresar en un formato artístico sus sentimientos’.
En el montaje decidieron eliminar las fechas porque aportaban poco valor, pero mantuvieron el orden cronológico, salvo algún truco, ya que no dejaba de ser un círculo que se cierra. Robles también ha mencionado que ‘no hay una sola nota musical que esté puesta por azar o como colchón de acompañamiento, todo está intrínsecamente ligado a la narración que se pretende y que se va generando en la sala de montaje’.
Por último, Carlos Bayona ha recordado que la película se podrá ver a partir del 9 de noviembre en cines y que es una buena ocasión para aconsejar 'este viaje en el que el director llega como intruso y acaba secuestrado por la potencia de estos personajes'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario