EL CINE COLOMBIANO SE ESTRENA EN EL FESTIVAL DE MÁLAGA CON “GOLÁN”, DE ORLANDO CULZAT

El director colombiano Orlando Culzat ha presentado “Golán”, que compite en la Sección Oficial, una reflexión sobre el viaje de la adolescencia a la edad adulta durante la decadencia de una familia, retratando las estructuras patriarcales y el universo juvenil. Se trata de una producción colombiana en la que el director ha confesado que tenía claro que quería mirar hacia dentro para escribir su primera película.

De este modo compuso este retrato íntimo del ocaso de una familia que pone el foco en la adolescencia y en las estructuras patriarcales que se instauran muy sutilmente en la intimidad de los hogares. Aunque ha reconocido que la película contiene tintes autobiográficos, también ha aclarado que una vez que plasmó sus recuerdos personales en el guion, estos se iban hilando con otras historias que terminó por ficcionar.

Quería que la historia se construyese lentamente intentando capturar esas memorias íntimas para desencadenar de forma orgánica en una situación de violencia. Se ha centrado en transmitir que ‘en el patriarcado aquel que es diferente, puede ser abusado o aniquilado’, ha sentenciado.

Jacobo Vera debuta como actor para interpretar a Pedro, un chico de 15 años, que se encuentra inmerso en un viaje introspectivo de luto familiar. Sumergido en rituales de masculinidad nociva y un entorno turbio, se vincula con Margarita, una empleada de la finca. Ella le abre los ojos sobre el declive de su familia, enfrentándole al dilema de rebelarse contra sus valores o seguir con ellos. Marcela Agudelo y José Leonardo Contreras completan el reparto.

Culzat ha confesado que con esta ópera prima se siente como un aficionado o un fan que está tratando de hacer algo que ama. ‘Siempre que uno cuenta la historia de una familia, también termina por contar la historia de un país a través de un universo particular’.

Por último, el director ha destacado entre sus referencias cinematográficas a los inicios de Carlos Saura y José Luis Borau, y al cine bressoniano de Bruno Dumont, que resta fuerza al relato para otorgar protagonismo a la forma plástica de la película, como el sonido, el montaje o el color.