Ayer se ha conocido los
ganadores de la Semana de Cine de Medina de Campo de este año, que ha
reconocido el corto Ojos que no ven, de
Natalia Mateo, con el Roel de Oro, máximo galardón, allá del de mejor guión y
premio de la Juventud.
El corto Aquél que no era yo, de Esteban Crespo ha llevado el Roel de Plata,
La mujer de atillo gris, de Luis
Trapiello, el premio del jurado de la nueva sección, “La otra mirada” y el
ganador del Concurso Nacional de Proyectos de Cortometrajes ha sido Lo sé, de Manuela Romero.
Emilio Martí, por Desanimado, ha comida el premio de mejor
dirección, Luis Callejo, el mejor
actor por La media pena, de Sergio
Barrejon, y Marta Larralde la distinguida como mejor actriz, por Pornobrujas, de Juan Gautier.
En el festival de este año, lo
mayor destaque, por cierto, fue el excelente nivel de las 28 películas concurrentes,
entre ellas, Adivina quién viene para
comer mañana, de Pepe Jordana, Despierta
a las moscas, de Nacho Ruiz Capillas, En
la próxima parada, de Luis Francisco Pérez, Postales de la Luna, de Juan Francisco Viruega (con Isabel Ampudia
en el reparto).
El festival fue un enorme
suceso y muestra que la crisis del cine español está muy lejos de las
producciones en cortometrajes, conforme las palabras del productor, guionista y
director Xavier Cruzado, autor del corto Invisibles,
“Puede que la industria oficial entre en crisis, como la mayoría de los
sectores de este país, pero nunca se tiene en cuenta a la industria independiente,
a los que invertimos nuestros ahorros para hacer cine, aunque se trate de
cortometrajes. Es una lástima que parezca que sólo existe un solo tipo de
industria, porque no somos invisibles, y nosotros también intentamos crear
cultura al margen de las subvenciones”.
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