sábado, 17 de septiembre de 2022

EL ARGENTINO DIEGO LERMAN ESTRENA EN LA COMPETICIÓN DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN “EL SUPLENTE”

El argentino Diego Lerman, que ya visitó el Festival de San Sebastián en 2017 con su anterior cinta "Una especie de familia", presenta este sábado en el certamen de la ciudad española "El suplente", una película social donde aborda ‘el fino borde entre educación, delincuencia y marginalidad’.

‘Habla de lo que implica ser docente en esos márgenes tan extremos en Argentina, y sobre todo, pregunta si deben cruzar o no la línea de involucrarse en la vida de sus alumnos que se hacen muchos docentes, si 'voy y doy clase y ya está' o tengo que pelear por ellos’, explica el director.

Ese, abunda Lerman, es un primer ‘borde’, un límite que ha sido tratado muchas veces en el cine y que inevitablemente remite al cine francés de Yvan Attal o Laurent Cantet. Pero no. El personaje central, Lucio, que interpreta un aún poco conocido Juan Minujín, tiene muchas cosas de Lerman.

Entre ellas, confiesa con sonrisa tímida, ‘esta crisis de la mediana edad, el comienzo de algo del sin sentido, la pérdida de horizontes que uno creía más seguros y de golpe, que no lo son, así que tiene mucho de autointerrogación, de búsqueda’. ‘El personaje busca desesperadamente dónde hacer pie, está en un momento muy singular de su vida donde todo confluye’, dice.

Lucio es "El suplente", un escritor y poeta fracasado que encuentra un trabajo temporal como profesor de literatura suplente en un instituto del barrio donde creció. Tiene una hija de doce años, Sol (Renata Lerman, hija del director) que no se acopla bien al reciente divorcio de sus padres, y un padre con un delicado estado de salud que sigue viviendo allí y al que todos conocen como ‘el chileno’, un buen hombre al que da vida Alfredo Castro -chileno de verdad, ‘qué bueno que no tuve que cambiar acento’, comenta Castro entre risas-, y que ahora dedica su vida a montar un comedor social.

Uno de los alumnos de Lucio es un chaval al que su padre trata de encarrilar para alejarlo de las garras del narco local, al que llaman ‘el perro’, que intenta meterse en política. Un día, la policía aparece en el aula y detiene a algunos de los chicos tras descubrir un importante alijo de drogas en el baño.

‘Me interesaba correr un poco los estereotipos, el narco de la zona que ahora quiere ser candidato político, y cómo se utiliza el asunto de las drogas para la campaña, más que puntualizar lugares estancos o el sinsentido de un caos que lo que hace es dañar a los que viven el día a día’, explica Lerman.

Juan Minujín puntualiza en declaraciones a Efe que ‘el narco del que se habla en estas escuelas es el 'narcomenudeo', es el papá de tu amiguito de la escuela, no es el tráfico a gran escala que se pueda pensar; (...). Son personas que aceptan la oferta que va penetrando porque es económicamente muy rentable’.

‘Pero quiero aclarar -señala el actor- que no es algo moral en cuanto al consumo, no es punitivista, sino que tiene que ver con política social, y hoy es imposible hablar de una cosa sin hablar de la otra; eso es importante de la película, que lo muestra sin un villano, sin el gran narco, sino algo más de todos los días’.

También están en la cinta los vínculos familiares, de pareja, lo académico –‘pasar del éxito y estar pensando en una cátedra a bajar de golpe a una realidad que lo interpela en su rol de docente’, reflexiona Lerman, que contó con la española Bárbara Lennie para el papel de la ex esposa de Lucio -haciendo gala de su acento argentino recuperado para la cinta-, que lo abandona para vivir con una mujer.

Alfredo Castro, que vuelve a interpretar a un padre por enésima vez, dice a Efe que, en esta ocasión, es ‘un pésimo padre que intenta captar a su hijo para que le haga la suplencia en algo que él ya no va a poder hacer más’, en verdad, una ‘curiosa herencia’.


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