En ese momento, Javier Rebollo presenta su última película, El muerto y ser feliz, en la sección oficial del Festival Zinemaldia.
En entrevista al Cultural, Rebollo ha revelado que hasta cierto punto su nueva película, trata sobre su protagonista, José Sacristán. Al menos en un sentido poético, en el de narrar el itinerario vital de alguien que ya es un mito.
José Sacristán, quizá el más grande hoy de nuestro cine y de nuestro teatro, no va tan lejos, pero sabe que pertenece a un tiempo que se esfuma y en el que él ha tenido algo que decir. La película de Rebollo, en la que interpreta a un sicario cuajado de contradicciones y enfermo de muerte, da cuenta de que sus capacidades interpretativas siguen intactas. Su demorado regreso al cine con este filme y con el reciente Madrid 1987, de David Trueba, no podía haber sido más aplaudido.
Mientras tanto, en un lugar de la escena, próximamente en el Teatro Español, Sacristán sigue levantando al público de la butaca. Tanto la película como el montaje teatral Yo soy Don Quijote los ha firmado junto a "gente muy joven", con la que asegura haber conectado bien. Ahora espera hacerlo también con el público, sobre todo en el caso de El muerto y ser feliz, "que debe entenderse como la comedia que es".
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