sábado, 19 de enero de 2013

Almodóvar escribe sobre la primera proyección de Los amantes pasajeros



Ya está terminada. La hemos visto, los actores Javier Cámara, Raul Arévalo, Guillermo Toledo, Hugo Silva, Miguel Ángel Silvestre, Carlos Areces, Blanca Suárez, Lola Dueñas y yo. Antes de empezar la proyección me confesaron que estaban muy nerviosos, con unas ganas locas de ver la película, pero con muchos nervios. Conozco esa reacción por mis películas anteriores, las primeras proyecciones para los actores pueden ser traumáticas y generalmente desconcertantes. 


Todos ellos han compartido conmigo la elaboración de cada línea de diálogo, de cada plano, de cada decisión en cuanto al look de los personajes, de cómo fueron cambiando en los ensayos y definiéndose en el rodaje; ellos les han insuflado vida pero desde un lugar no consciente, o al menos no del todo. Yo les veo entrar y salir, por voluntad propia, en la enajenación que significa encarnar a un personaje y agradezco sin límites su entrega, de estos y de todos los actores con los que he trabajado, con una o dos excepciones, porque la suya es una entrega a ciegas. Y son frágiles. 


La mirada de todos ellos al inicio de la proyección era la de quien se despierta de un largo sueño y va a asistir a la proyección del mismo sin tenerlas todas consigo. Porque existen unas extrañas leyes del juego que indican que ese sueño no les pertenece por entero, que hay un señor/a que durante un largo período se ha ocupado de manipularlo (narrar es manipular, en la mejor de sus acepciones), editarlo, suprimir partes, colorearlo, ponerle música y que finalmente, ayer, se lo va a mostrar. 


Entiendo los nervios y la incertidumbre. Los actores no saben qué película han hecho, y sin embargo el relato no existiría sin sus rostros, sus voces, sus ojos, su belleza o su deterioro físico, sus explosiones de ira y de placer, sus arrugas, sus manos, sus peculiaridades, su forma de caminar y moverse, sus lágrimas, su desnudez.


La han visto, son los primeros, como debe ser, yo también tenía miedo de que no les gustara, o les desconcertara. No hubiera pasado nada, pero no ha sido así. La han gozado sonoramente. Puedo decir que este es el primer éxito cosechado por Los amantes pasajeros. Es cierto, son actores, y de los buenos, al final de la proyección han podido fingir emoción y entusiasmo, pero tengo la impresión de que no ha sido así. Ojalá encuentren todos ellos el éxito que merecen.

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