Tras el estreno de “Caníbal” en la sección oficial de San Sebastián, no obstante algunas malas críticas, se puede decir que la película ha agradado al público asistente, conforme se puede ver las manifestaciones en la web.
“Para mí es como una historia de amor del demonio. ¿Qué pasaría si el demonio se enamorara?”, explicó Martín Cuenca en rueda de prensa tras la proyección de su cuarto largometraje -coproducido por España, Francia, Rusia y Rumanía- en Zinemaldia.
“La línea del mal se cruza sin uno darse cuenta, sin ser consciente, y lo que nos interesaba era expresar esa presencia del mal en estado puro”, agregó el director que escribió el guión junto con el cubano Alejandro Hernández a partir de un relato de su compatriota Humberto Arenal.
Lejos de dar respuestas al espectador, la película deja abiertas una serie de incógnitas con el objetivo de “perturbar y hacer pensar por qué podría existir un personaje como este en la sociedad actual”, admite el cineasta.
Ambientada durante la Semana Santa en una Granada suspendida en el tiempo, la historia, que busca ser a la vez española y universal, está inevitablemente influenciada por la religión, reconoce Martín Cuenca. “Habla del perdón, del sacrificio, de la muerte, de la sangre, del amor al prójimo, de la redención”, dice.
Pero es también un thriller asfixiante en el que el cineasta crea la tensión contraponiendo la violencia de la naturaleza a la frialdad del asesino, siempre impecablemente trajeado, cuando descuartiza, cocina y se come a sus víctimas. “Seguramente este ha sido mi papel más difícil”, ha reconocido Antonio de la Torre, que juega con los silencios y la mirada para plasmar la introspección del psicópata.
Sin sorpresas se “Caníbal” sea la película seleccionada por la Academia Española para representar España en los próximos premios Oscar, el próximo miércoles.
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