El 73% de los actores españoles no pueden vivir de su trabajo, según un estudio difundido recientemente por la Fundación AISGE (Asociación de Intérpretes y Artistas). La crisis ha propiciado que el 65% de los actores ni siquiera logre trabajar más allá de tres meses al año.
Sin ingresos de otra índole o alguna forma de apoyo familiar, estos profesionales se encuadrarían por debajo del umbral de la pobreza. Los gastos de vivienda son superiores a los ingresos por sus actividades como artistas en el 21% de los encuestados. Solo uno de cada cinco intérpretes españoles admite disfrutar de una situación “desahogada” en lo económico.
De entre las personas que se encuentran en paro, un 28% no recibe ningún tipo de prestación. Es más, el 15 por ciento de los profesionales en paro carecen de cualquier ingreso propio, por lo que para la subsistencia dependen íntegramente de la solidaridad de familiares o amigos.
Llegados al momento de la jubilación, el mayor porcentaje (42%) se acoge a ella cuando alcanza la edad preceptiva: 65 años. Sin embargo, un 34% de jubilados lo son “por necesidad”; esto es, porque no encontraron oportunidades laborales para continuar en activo. En el caso contrario, un 19% de los artistas se mantienen en activo después de los 65 porque cuentan con “buenas perspectivas laborales”.
Los artistas jubilados españoles han cotizado una media de 28 años. El importe medio de sus pensiones es de 919 euros, pero la diferencia entre sexos es significativa: 994 euros para los varones y solo 778 para las mujeres. Además, las variaciones en los ingresos son enormes según los casos: hay un 21% de artistas a los que les queda una jubilación superior a los 1.200 euros, pero el 16% de ellos se encuentra con una jubilación por debajo de los 400 euros mensuales.
Sobre las condiciones de trabajo, los autores del informe concluyen que la situación no es mala en términos absolutos, "pero abundan las condiciones abusivas". Por ejemplo, y aunque un 87% de los encuestados trabajan habitualmente con un contrato de por medio, existe un 6% de empleados sin ningún tipo de contratación (es decir, trabajan “en negro”). Y un 38% reconoce haber recibido “presiones”, al menos en una ocasión a lo largo de su carrera, para “aceptar condiciones de trabajo con las que no se estaba de acuerdo”.
La duración de la jornada laboral suele respetarse, pero el porcentaje de incumplimientos es significativo: no se respetan los máximos del convenio de televisión en el 27% de los casos, y en un 22% si hablamos de espectáculos en vivo y de cine.
En lo relativo a las cantidades percibidas por los trabajos artísticos, las respuestas son particularmente dispares. Un 42% cobra el salario mínimo de convenio, pero un 13% admite que sus emolumentos son inferiores a los mínimos estipulados. Estos abusos suelen sufrirlos, en particular, bailarines, mujeres y menores de 35 años. Los afortunados que cobran “más” o “bastante más” que las tarifas de convenio son el 21% y el 2%, respectivamente. Por categorías, resultan privilegiados los mayores de 50 y 60 años, los varones y los residentes en la zona Centro de la península.
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