sábado, 16 de enero de 2016

CARMEN MACHI, ASIER ETXEANDÍA y TERELE PAVEZ protagonizan LA PUERTA ABIERTA, de MARINA SERESESKY


En ese año del 2016 la directora Marina Seresesky prepara el estreno de la comedia dramática “La puerta abierta”, rodada el año pasado, y que supone ser su opera prima en largometrajes, tras los muchos galardones recibidos por el cortometraje “La boda”.


“La puerta abierta” está protagonizada por la actriz Carmen Machi, que interpreta a Rosa, una prostituta que heredó el oficio de Antonia (Terele Pávez), su madre, quien ahora se cree Sara Montiel y convierte su vida cotidiana en un infierno. Rosa no sabe ser feliz, pero la llegada inesperada de un nuevo integrante a su particular (y absurda) familia le dará una oportunidad única para lograrlo. Tratase de Lupina, un travesti interpretado con maestría por Asier Etxeandía (en la foto).


Completan el reparto los actores Lucía Balas, Paco Tous, Sonia Almarcha, Yoima Valdés, Mar Saura, Emilio Palacios, Hugo Ndiaye, Yoima-Valdes, Christian Sánchez y Mónika Kowalska.


Con guión de Marina Seresesky, “La puerta abierta”, según nota de la propia directora, es una película que habla de la familia, no sólo de la que se tiene, sino también de la que se forma y se necesita. Las mujeres que habitan el largo son muy diferentes entre sí, han llegado de distintos países o viven en España desde hace años. Se quieren y se pelean en partes iguales, pero todas forman un grupo vital e hilarante casi como una verdadera familia.


La historia transcurre en esa delgada línea donde confluyen la comedia y el drama, que permite hablar de una profunda pena con una sonrisa en los labios, o desarrollar disparatados gags con pasmosa seriedad. 


Desde la cuidada fotografía de Roberto Fernández (que comenzará en un mundo cerrado y oscuro que lentamente nos irá llevando a ambientes más luminosos y cargados de vida), la dirección de arte de Javier Crespo (cuidando el detalle y la paleta de colores para crear un universo particular y envolvente) siguiendo con la música de Mariano Marín (que nos conducirá del pasado al futuro con emotiva sutilidad) hasta la interpretación que será el punto más alto de la historia.

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