martes, 17 de abril de 2018

ELENA TRAPÉ PRESENTA EN COMPETICIÓN EN EL FESTIVAL DE MÁLAGA SU LARGOMETRAJE “LAS DISTANCIAS”


“Las distancias” es el segundo largometraje de la directora Elena Trapé, un drama con el que intenta destapar la frustración por los sueños truncados de un grupo de jóvenes treintañeros que creen seguir siendo aparentemente felices como lo fueron cuando tenían todo en común. Lo descubrirán en Berlín, la capital a la que viajan Olivia, Guille y Eloi para darle una sorpresa a Comas con motivo de su cumpleaños, unos personajes elegidos para empatizar profundamente con el público.


Miki Esparbé ha destacado que Comas, su personaje, se define por todo lo que calla, más que por todo lo que explica. Es el más honesto desde el principio y reconoce que no sabe gestionar sus problemas. No sabe hacerlo mejor y se encuentra en una contradicción permanente con su vida. Está desubicado y es una sensación que también experimentarán el resto de compañeros. 


Su directora ha realizado sin proponérselo un retrato generacional que refleja a unos jóvenes tristes porque no han encontrado el trabajo que merecían ni el amor con el que soñaban ni tienen los recursos necesarios para satisfacer sus deseos. Durante la rueda de prensa de su presentación, Trapé ha reconocido que ha volcado muchas de sus emociones personales en el guión. 


En la vida real, ella percibía en su entorno una gran sensación de desazón y de expectativas truncadas entre los compañeros y amigos de su generación porque considera que el globo del estado de bienestar se ha desinflado. Hay un paralelismo entre su contexto personal y el de los personajes de la película para llevar a la gran pantalla la personificación de la decepción y del desencanto. 


Berlín en invierno era el contexto perfecto para trasladar la incomodidad que sentían los protagonistas de la historia durante los días en los que percibían cómo se iba desintegrando la amistad que permanecía aparentemente muy consolidada desde la adolescencia. También ha admitido que le encanta hacer películas de reuniones de amigos porque le resulta una estructura similar a la de una familia. 


En el momento en el que uno de los amigos decide cambiar de rol, el castillo de naipes que los mantiene unidos se desmorona. Y también hay un punto de nostalgia en los reencuentros. De ahí que haya querido montar este relato que contiene cinco puntos de vista muy diferentes con mucha carga emocional en los gestos y miradas. De hecho se han eliminado muchas escenas de diálogo porque no hacía falta en determinadas situaciones. Los actores eran capaces de transmitir todo sin necesidad de diálogos continuados o evidentes.

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