martes, 19 de marzo de 2019

“522. UN GATO, UN CHINO Y MI PADRE” TIENE ESTRENO EN LA SECCIÓN OFICIAL DEL 22 CERTAMEN MALAGUEÑO


“522. Un gato, un chino y mi padre” es el segundo largometraje del director Paco Baños con el que compite en Sección Oficial del Festival de Málaga. Se trata de una road movie emocional centrada en la autosuperación de su protagonista –George- interpretada por la actriz Natalia de Molina- que emprenderá un viaje hacia el fin del mundo para luchar contra sus limitaciones personales y reconciliarse con su pasado. 


Ella es agorafóbica, un temor obsesivo que la mantiene atrapada en los continuos 522 pasos que puede andar en su propia casa. Sin embargo, cuando muere su gato de forma inesperada, decide embarcarse en una aventura que le cambiará la vida. Quiere encontrar un lugar especial para dar sepultura a su mascota. Para ello regresará a su hogar natal en Portugal en la furgoneta del vecino chino que regenta un establecimiento de su barrio –a quien da vida el actor Alberto Jo Lee -. 


Su agorafobia ha provocado que su mundo cada vez sea más pequeño y ese viaje al pasado será el que vuelva a engrandecerlo, ha expresado Paco Baños en la rueda de prensa de presentación. Por su parte, la actriz Natalia de Molina ha explicado que esta fobia es una metáfora de las propias limitaciones que el ser humano se autoimpone, cuando se ciñe a no salir de su propia zona de confort. Barreras físicas que desencadenan en problemas mentales y emocionales. Ella ha asegurado que conectará muy bien con el espectador. 


La furgoneta es un escenario importante porque se convierte en la propia casa en movimiento de sus personajes principales. Este espacio físico donde se desarrolla gran parte del guión se convirtió también en una propia limitación para la protagonista, ya que como ha explicado Natalia de Molina, era complicado tener que actuar sin mirar a su compañero de reparto. La cámara estaba continuamente sobre ella porque la cinta gira en torno a su papel. De este modo es más complicado concentrarse, sin interactuar ni intercambiar miradas, por lo que ha supuesto un gran desafío profesional. 


El padre de George también está muy presente en la trama argumental aunque permanezca ausente físicamente. En este punto, el director Paco Baños ha aclarado que el libro que ella encuentra es el símbolo por el que se manifiesta el alma de su progenitor. Recrea el encuentro ficticio entre ambos. Ella lo tira al suelo para escenificar el rechazo y el origen de su trauma, pero poco a poco se reconciliará con él y con los fantasmas de su pasado. 


En este punto Paco Baños ha aclarado que se vuelca mucho en los elementos y bodegones que aparecen en las secuencias para recrear personajes. Es una técnica que se ha constituido como parte del sello personal del director. Ha añadido que tiene una conexión íntima con la historia de su largometraje, ya que elige Portugal porque su padre es portugués. Precisamente murió justo antes de rodar su primera película y desde entonces quería contar algo sobre el lugar donde nació y al que siempre estuvo muy ligado. Aunque ha puntualizado que no tiene tintes autobiográficos, ha reconocido que su padre ha formado parte de su inspiración. De hecho ha elegido el cabo de San Vicente y otros puntos del Algarve donde guarda recuerdos especiales de su vida junto a él. 


No le gusta encasillarse en algún género en concreto. Se deja llevar por la emoción y por las historias de personas. Y todo fluye a partir de ahí. A lo largo del guión huye de tópicos y clichés portugueses, pero sí que están muy presentes el fado y la saudade como hilos conductores de las emociones.

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