No ha pasado un mes desde que David Trueba fuera a los Goya con “Saben aquel” y hoy ha presentado a competición en el 27 Festival de Málaga una película rodada con anterioridad, “El hombre bueno”, una de esas 'otras' que rueda el madrileño ‘sin tener que pasar por despachos’ en la que habla del amor y de las relaciones de pareja.
‘Esta faceta (de película de bajo presupuesto) de Trueba es la demostración viva de que con un alambre y dos palitos, oficio y ganas, se puede hacer una película bonita’, ha considerado Jorge Sanz, espléndido protagonista de esta película para el que el director escribió el papel.
‘Quería trabajar con él y colocarle en una tesitura diferente’, ha señalado Trueba en una rueda de prensa en la que ha comparecido tras el pase de la cinta en los cines Albéniz de Málaga con Jorge Sanz, Macarena Sanz y Vito Sanz, que no son familia a pesar del apellido, han bromeado.
Jorge Sanz, para quien Trueba ya creó la serie "Qué fue de Jorge Sanz", ha agradecido el empujón al amigo. ‘Lo viví como un regalo, era un momento crítico después de la pandemia. Siempre me ha ofrecido oxígeno en mi vida personal y profesional, me ofrece los trabajos con amor y con amistad’, ha dicho.
La película sigue a un matrimonio joven y exitoso que tiene una hija de unos diez años (Aia Pérez) en una Semana Santa que aceptan la invitación de un viejo amigo de Juan (Vito Sanz), aunque Vera (Macarena Sanz) se siente un poco excluida de esa relación.
Alonso (Jorge Sanz), Al para los amigos, era un broker como Juan, pero hace años que se retiró del negocio después de que su esposa embarazada sufriera un accidente y muriese; ahora vive en una preciosa casa frente a una cala cristalina, que a veces alquila para rodar anuncios -el del café de George Clooney, entre ellos, dice- y pinta en sus ratos libres, que son muchos.
La pareja, en realidad, ha volado a las islas para pedirle al amigo que haga de 'hombre bueno' porque su relación se ha roto, se quieren separar y no confían en los abogados para hacer un reparto justo y sano para todos.
‘Esta historia nace de un hecho real de una persona que me contó que tenía que hacer de hombre bueno en un proceso de separación difícil y complicado, que me interesó muchísimo -explica Trueba- porque pensé que es imposible que, llamado a ejercer esa posición de mediador, no proyectes tu propia biografía sentimental y emocional’.
‘Es algo que me sorprende y que supongo que es por lo que pagan a los jueces (...) aunque como estáis viendo en los telediarios todos los días, toda la Justicia está contaminada por la aproximación de los jueces’, ha manifestado.
Una película sin distribución ni jefes de prensa y un modo de mantener su 'otro estilo' de hacer cine, más indie, en esta ocasión en una preciosa localización de las islas Baleares, otro personaje más de la película, refugio y excusa para que los personajes hablen y reflexionen, y vean de vez en cuando películas de Buster Keaton.
‘Intento que los personajes de las películas no tengan una sola lectura, sino que permitan que los espectadores proyecten sobre ellos su propia experiencia’, ha señalado el director, diez veces nominado a los Goya y ganador de dos de ellos por “Vivir es fácil con los ojos cerrados” (2014).
‘Tengo la sensación -ha agregado Trueba- de que películas y novelas clarifican demasiado lo que quieren y lo que son los personajes’ y acaban convirtiéndolos en arquetipos, opina. ‘Yo creo que las personas somos contradictorias y podemos ser perfectos, pero con diferencias, no somos rocas’, ha concluido.
Macarena Sanz ha apuntado ‘lo bien’ que estaría en el teatro esta película, donde los personajes se hablan con 'máximas del pueblo' al estilo Rafael Azcona, según ha explicado Trueba, oídas en la calle y a la gente, del estilo 'la vida es como un perro al que quieres acariciar y todo el rato se lanza a morderte', como dice Juan para explicar cómo se siente.
‘David descorre una cortina y les ve con sus anhelos, sus deseos, sus contradicciones, intentando hacerlo lo mejor posible; me encanta -dice Macarena- que no haya una conclusión y que todos nos veamos reflejados’.
Y de fondo, la voz de Raimon cantando 'Veles y vent', adaptación de un poema clásico de Ausías March donde se habla de la búsqueda de los amores después de que se han ido y cómo las corrientes marinas los devolverán a la orilla después de la muerte.
Fuente: lavanguardia.com
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