El protagonismo de España en la Segunda Guerra Mundial, a través de aspectos no tan conocidos como la red de espías que operó entre Canfranc, Zaragoza y San Sebastián, ha sido trasladado a un documental por el escritor y periodista Ramón J. Campo y estrenado hoy en la 58 Seminci de Valladolid.
La estación ferroviaria internacional de Canfranc (Huesca) fue un nido de espías tanto al servicio de las fuerzas aliadas como de los países invadidos por el ejército nazi, entre ellos Francia, y por su paso fronterizo desfilaron, además de secretos, comida y wolframio, ha explicado Campo.
Fue tal la importancia de este punto estratégico que se puede decir que Canfranc "fue el único municipio de España invadido por las tropas nazis, entre el invierno de 1942 y el verano de 1944", para controlar el tráfico informativo y el wolframio extraído del noroeste español, necesario para fortalecer sus carros de combate."Se ha llegado a decir incluso que la Segunda Guerra Mundial se alargó gracias a este mineral", ha comentado este investigador, periodista del diario Heraldo de Aragón y autor de varios libros sobre este asunto como "El oro de Canfranc" (2002), "La estación espía" (2006) y "Canfranc, el oro y los nazis" (2012).
La película "Juegos de espías", que ha presentado hoy en la 58 Seminci fuera de concurso y en la sección Tiempo de Historia, parte de la documentación consultada en el Archivo del Tribunal Militar Número 1 de Madrid del sumario judicial que el Gobierno de Franco abrió contra la denominada "Red 23.031", compuesta por una treintena de espías vascos, aragoneses y franceses.
Pasaban y recogían información secreta favorable al bando aliado y canalizada a través del consulado británico en San Sebastián. Fueron defendidos por Joaquín Ruiz-Giménez, que posteriormente fue ministro de Educación con Franco y, ya en la democracia, el primer Defensor del Pueblo.
En su primera parte, el documental aporta las entrevistas realizadas por Campo a testigos, supervivientes y familiares de los espías, "héroes anónimos que se jugaron la vida y no han tenido el suficiente reconocimiento; a todos ellos está dedicada la película como una especie de homenaje", ha afirmado."Juegos de espías", con la colaboración del cineasta granadino Germán Roda, adopta en gran parte de su metraje el género de animación a través de dibujos e ilustraciones que confieren a la cinta un aire más de ficción.
La importancia de este sumario judicial y de los documentos consultados, según Campo, radica en que la red de espías detenida y condenada a varios años de cárcel en prisiones de Madrid fue interceptada cuando trataba de informar sobre el potencial del despliegue de la flota nazi en las costas francesas del Atlántico."Sin duda, los aliados ya estaban pensando en lo que luego fue el desembarco de Normandía", ha concluido este escritor y periodista.
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