jueves, 22 de mayo de 2014

LOLA DUEÑAS estrena con aplausos ALLELUIA en el FESTIVAL DE CANNES


La española Lola Dueñas se ha puesto a las órdenes del belga Fabrice du Welz en "Alleluia", una cinta de amor, celos y soledad bañada con pinceladas de comedia negra que se estrenó hoy, con aplausos, en la Quincena de Realizadores, sección paralela del Festival de Cannes. "Es una película de amor donde hay sangre, violencia, sexo, comedia... pero es una película de amor", resumió a Efe la actriz, que en 2006 se llevó la Palma de Oro a la mejor interpretación junto con el resto de actrices de "Volver", de Pedro Almodóvar.


Dueñas, ganadora también de dos premios Goya, se mete en la piel de una mujer solitaria dedicada a limpiar cuerpos en un depósito de cadáveres que se enamorará de un "casanova" de bajos vuelos (Laurent Lucas). Juntos emprenderán una vida de estafas para seducir y desplumar a mujeres frágiles que los celos convertirán en una secuencia de crímenes con sangre a borbotones, una historia inspirada en una serie de crímenes perpetrados entre 1947 y 1949 en Estados Unidos por Martha Beck y Raymond Fernández.


"Martha quería ser enfermera para salvar gente, pero como estaba gordísima nadie la contrataba y terminó limpiando muertos en la morgue", recordó Dueñas, a quien el director encontró en un supermercado, la reconoció y la siguió hasta que decidió que sería ella el primer nombre en los créditos de "Alleluia". "Es un director que cuida mucho a sus actores. Me sentía como una niña", comenta la barcelonesa, de 42 años.


La película, dividida en cuatro actos, se rodó en las Ardenas, en la frontera franco-belga, pero podría ocurrir "en cualquier parte y en cualquier idioma". Tratase de una historia de 1 hora 35 minutos, quinto trabajo de Du Welz, que deja entrever el "grano" por algunos problemas técnicos ligados a un rodaje en 16 milímetros, un efecto que agrada al cineasta porque persigue filmar "películas orgánicas" y "que huelan".


Y consigue ese efecto, con escenas cómico-macabras regadas de sangre y con mucha interacción física entre los personajes, el de una Dueñas que va quedando cegada por los celos y el de un Lucas, un admirador de Humphrey Bogart que no se puede o no quiere frenar la espiral de irracionalidad, sospechas y sangre fría de su amada.


"A Fabrice (Du Welz) le encanta la sangre, puede que un poco demasiado", agrega la española, que charla con la prensa sin haber podido visionar aún en pantalla grande la edición final que el director ha elegido para llevar al certamen mediterráneo. Cuando el belga comentó la película con el público y crítica de Cannes tras la proyección, alguien lanzó que destilaba algo de la película "Funny Games", del tan laureado Michael Haneke. "Hay comparaciones peores", dijo el director que, con todo el respeto, subrayó que el cine que quiere construir "no tiene nada que ver con el suyo".


Dueñas, que vive desde hace tres años en París y ya había rodado en francés, nunca se había enfrentado a un texto tan largo en la lengua de Molière, lo que le ha supuesto un desafío extraordinario porque "el español te sale del alma". Y debe de sentirlo así porque al llegar a la terraza de playa donde están programados los encuentros con los medios de comunicación, se alegró efusivamente de encontrarse con periodistas españoles, por fin.

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