viernes, 1 de septiembre de 2017

LUCRÉCIA MARTEL PRESENTA “ZAMA”, PROTAGONIZADA POR LOLA DUEÑAS, EN EL FESTIVAL DE VENECIA


La cineasta argentina Lucrecia Martel presentó ayer en el Festival de Cine de Venecia su película “Zama”, una adaptación de la novela homónima de Antonio di Benedetto que narra la desesperación de un funcionario colonial español en una zona remota de América del Sur a la espera de ser trasladado a un puesto mejor.


Con el mexicano Daniel Giménez Cacho y la española Lola Dueña como protagonistas, la nueva película de la directora de “La ciénaga”, “La niña santa” y “La mujer sin cabeza” fue producida con el apoyo del cineasta español Pedro Almodóvar y de los mexicanos Gael García Bernal y Diego Luna. 


"Zama" transporta al mundo de las colonias españolas en Sudamérica y sumerge al espectador en la experiencia vital del protagonista que, cansado de esperar un traslado, se ve arrastrado por la locura y desesperación en un entorno en el que la naturaleza es salvaje, inhóspita, abrumadora. 


‘Cuando uno hace una película, lo que uno desea es compartir con el espectador una percepción del mundo. Toda esa conjugación de sonidos, de imágenes y de decisiones de imágenes en torno al color, al encuadre, a los personajes, a cómo hablan son todas las elecciones que uno hace con el propósito de sumergir al espectador en un universo que desea compartir’, afirmó Martel en una entrevista en Venecia con la agencia alemana DPA.


La cineasta consideró que la novela de Di Benedetto ‘es muy particular, porque es de un existencialismo de unas bases latinoamericanas’. ‘Y lo que a mí me interesó es que, cuando se habla de ella se dice que es un novela sobre la espera, y lo que a mí me interesó es la identidad como una trampa’, agregó. 


‘Si uno fuese más flexible respecto a quien es uno, y en general eso en las mujeres sucede más que con los hombres, el fracaso sería algo menos estrepitoso. El fracaso es cuando uno tiene una expectativa muy concreta de lo que quiere y una idea muy particular de quién es. La identidad es algo rígido y la rigidez hace que el individuo se quiebre’, apuntó en alusión al protagonista del filme.


El personaje de Zama, según Martel, está aferrado ‘a miniestructuras de poder. Todo lo que está fijo, sufre. Todo lo que va y viene con el agua sobrevive. Pero sin embargo nuestra cultura se ha empecinado en la rigidez, la identidad, el individuo, el sujeto, ser alguien, tener un título, tener un título de lo que sea. Todas esas cosas que nos alejaron de lo nómada nos han vuelto lo psicópatas que somos. Nuestra cultura es una cultura de psicópatas’. 


La cineasta reconoció que los personajes de ésta y sus otras películas se mueven por el deseo. ‘Lo que tiene de interesante el deseo es que tiene una raíz más física que todo lo otro. El deseo se va abriendo sus caminos como puede. Todo lo que nosotros hemos construido conspira contra el deseo, esa fuerza enloquecida’, apuntó. 


Por fin, agregó Martel que ‘Lo que yo siento en común con las otras películas, que es lo que me interesa del mundo, son los personajes que están en los márgenes del poder, que no tienen el poder, son gente que está rasguñando los bordes el poder. O el mundo de las mujeres, que es fascinante por cómo lograron armar su civilización mujeril en los márgenes del poder’.

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