miércoles, 29 de octubre de 2025

PERE VILÀ BARCELÓ PRESENTA EN LA SEMANA DE CINE DE VALLADOLID EL LARGOMETRAJE “CUANDO UN RÍO DE COVIERTE EN MAR”

El director Pere Vilà Barceló estrena hoy su sexto largometraje, "Cuando un río se convierte en mar", en la Sección Oficial de la 70ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). El director catalán regresa a Valladolid por tercera vez tras haber presentado en el festival sus anteriores trabajos, “La lapidación de Saint Étienne” (2012) y “La arteria invisible” (2015).

El delicado retrato que arma sobre la superación del trauma de una adolescente que no entiende muy bien lo que le ha ocurrido nació de un largo proceso de años de conversaciones con víctimas de violencia de género que se reflejan en las vivencias del personaje principal: «Hubiera sido imposible hacerlo sin ellas, por respeto y coherencia. No me imagino poniéndome a escribir simplemente un guion e inventándome las cosas a través de noticias», ha reflejado el director, defendiendo la importancia del contacto humano y el regalo que ha sido el tiempo compartido con estas mujeres.

Por otro lado, en cuanto a la duración de la película, el cineasta ha reflejado la necesidad de hacer visible en el resultado final todo ese tiempo que pasó escuchando los testimonios de las víctimas: ‘Me daba igual la duración, muchas veces el tiempo lo colocamos a la contra. Por eso no puedo pensar en lo que ocurre en esta película desde un punto de vista comercial’.

Claud Hernández, que debuta en el largometraje con esta película, ha admitido que su experiencia interpretando a Gaia la ha cambiado por completo: ‘He hablado con muchas mujeres que han vivido situaciones de abusos. Muchas veces me daba miedo no estar a la altura y tuve que tratar de generar una especie de depósito en mí para retener sus testimonios y que se reflejase en la pantalla», ha declarado la actriz. «Pere me dio una cámara y me dijo que le fuese mandando improvisaciones y, a partir de ahí, fuimos construyendo al personaje’, ha añadido la actriz.

Àlex Brendemühl, galardonado en el Festival de Karlovy Vary con el premio a mejor actor por su trabajo en esta película, ha incidido en la particular aproximación del director a las escenas y a los ensayos, en los que ha dejado que la intuición de los actores guíe las secuencias: ‘Es la tercera película que hago con él y confío plenamente en la documentación que hizo. Con cuatro palabras te pone en la situación; te introduce en ese universo, te deja explorar ese dolor, los momentos de silencio. La cámara siempre está a favor de la actuación’, ha señalado el actor.

Brendemühl interpreta al padre de la adolescente, figura de acompañamiento fundamental para la joven en la película. ‘Me parecía interesante evitar la figura del padre solucionador; quería encontrar un perfil de alguien que simplemente está a su lado y desmontar esta idea de que el padre tiene que hacer algo. Simplemente está ahí y eso es lo importante’, declaró el director. El intérprete añadió: ‘Nos pareció que así otorgaba se mucha más humanidad al personaje y lo liberaba de expectativas sobre su comportamiento’.

La improvisación con los intérpretes ha sido uno de los aspectos fundamentales del rodaje, en el que no había un plan de rodaje a uso. Laia Marull, ganadora de tres premios Goya, ha explicado que, en su opinión, Vilà Barceló sigue investigando mientras rueda: ‘Un día apareció de repente con muchísimas páginas nuevas de guion para la escena, aunque sin imponerlas; así que la sensación era que nosotros controlábamos los tiempos’.

La cuestión del tiempo es, para el director, algo fundamental en la película, que se refleja en la forma de rodar con el objetivo de que surjan las emociones y las escenas puedan respirar: ‘Las emociones no se pueden ficcionar. Es verdad que son actores, pero a mí me gusta que, además de estar el personaje, esté la persona también. Yo me adapto al espacio que necesitan, así que el plano tiene que ir en función de sus movimientos y sus decisiones’.


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