La categoría de mejor actriz en los premios Goya tiene una característica muy interesante. En los últimos años, la ganadora se confirma muy temprano, en la Festival de Cine de San Sebastián.
Eso porque generalmente quién recibe la Concha de Plata de mejor interpretación femenina en Zinemaldia recibe el Goya en esa categoría en el mismo año. Fue así con Macarena García y María León, como actriz revelación, por “Blancanieves” (2012) y “La voz dormida” (2011), respectivamente, Nora Navas, por “Pan negro” (2010), Lola Dueñas, por “Yo también” (2009), Laia Marull, por “Te doy mis ojos” (2003), Mercedes Sampietro, por “Lugares comunes” (2002), Pilar López de Ayala, por “Juana, la Loca” (2001), Carmen Maura, por “La comunidad” (2000), y Victoria Abril, por “Nadie hablará con nosotras cuando hayamos muerto”.
Pues en ese año la actriz madrileña Marian Álvarez cumple ese requisito por “La herida”, de comentadísima opera prima de Fernando Franco, dónde ya recibió los trofeos de mejor actriz en el Festival de San Sebastián y en el CINESPAÑA, en Toulouse.
"La herida" es el retrato psicológico de una joven, Ana, que sufre un trastorno borderline sin saberlo, lo que produce sus infructuosos y repetidos intentos de perseguir la felicidad, sus dañinas relaciones con los demás y consigo misma. Álvarez defiende el personaje con garra y presenta una de las mejores interpretaciones del año cinematográfico español.
Sin ninguna nominación a los premios Goya aun, Marian Álvarez logró su primer reconocimiento internacional en 2007 por su papel en "Lo mejor de mí", la ópera prima de la catalana Rosa Aguilar, que le deparó un Leopardo de Plata en el Festival de Locarno (Suiza) de mejor actriz, allá de una nominación a los premios Fotogramas de Plata, en la misma categoría.
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