Presente habitualmente en Zinemaldia –ganó el Premio de la Juventud en la edición de 2005 con “Aupa Etxebeste!”, codirigida con Telmo Esnal, y su documental “Bertsolari” (2011) estuvo en la Sección Oficial fuera de concurso–, Asier Altuna presentó “Amama” (tráiler oficial aquí), que concurre en la sección oficial, una particular reflexión sobre conceptos más que personajes u objetos: lo que representa el caserío como unidad rural vasca, el bosque y sus insondables y atávicos misterios, la confrontación con la civilización urbana y la liberación y ruptura a través del arte.
A medio camino de la ficción y el documental, “Amama” propone una visión inteligente de un tema tratado en multitud de películas desde diversas perspectivas y enfoques culturales: la diferencia entre campo y ciudad, aquí en el seno de una misma familia de tradición campesina que vive en el campo en su caserío, símbolo de la tradición y las costumbres ancestrales. El conflicto entre el padre, que encarna esa tradición, y una hija que ve como esa forma de vida está desapareciendo y busca una forma de unirla con la modernidad, centran esta película.
"Es acertado el situar el conflicto desde casa. La hija tiene como una actitud de ruptura porque ve que es un sinsentido sinsentido seguir así, pero al mismo tiempo no quiere perderlo todo, quiere seguir adelante pero mirando para atrás", resumió Altuna, en la rueda de prensa posterior a "Amama".
"No tenemos que tener complejos por hacer películas vascas", asegura el realizador, consciente de estar recogiendo el importante testigo que dejó el año pasado "Loreak", de Jon Garaño y Josemari Goenaga, primera cinta totalmente en euskera que competía en el certamen internacional.
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